En camino a la victoria

La tremenda decepción espiritual que acontece después de una experiencia espiritual de suprema bendición, es común entre todos los seguidores de Jesús. Nosotros le llamamos a estas experiencias “períodos de sequía”, los cuales se asemejan a sumergirse en una profunda oscuridad espiritual, a una inmersión en grandes pruebas después de haber conocido un toque especial de Dios.

Podemos encontrar en la Biblia tales períodos de sequía esparciéndose como una plaga en la vida de hombres y mujeres de Dios. Dichos períodos “bajos en el espíritu” acontecen principalmente en aquellos a quienes Dios tiene la intención de usar. De hecho, son comunes entre todos los que Él entrena para llevarlos más profundamente y más lejos en Sus caminos.

Al mirar hacia atrás y observar su propia experiencia de sequía, usted se puede preguntar si previo a ese período en su vida precedió una renovación en su Espíritu. Tal vez había experimentado un despertar fresco, una ferviente oración que le pedía al Señor: “Tócame, Jesús. Me siento tibio. Yo sé que mi servicio para ti no está progresando como debiera. Como nunca antes tengo hambre de ti. Anhelo tener un celo especial para hacer tu obra: orar por los enfermos, salvar a los perdidos, llevar esperanza a los desesperanzados. Renuévame, Señor. Yo quiero ser usado para tu Reino en una mayor medida”.

Debido a que usted se comprometió en serio con Dios, sus oraciones empezaron a obtener respuesta y usted comenzó a escuchar la voz de Dios con claridad. La intimidad con Él era maravillosa, su celo fue en aumento, y se dio cuenta del fuerte mover de Dios en su vida.

Pero un día, usted se despertó y el cielo parecía ser de bronce. Se sintió derribado sin saber por qué. La oración parecía ser un estado de agonía y no oyó más la voz de Dios como antes. Sus sentimientos parecían estar muertos, su espíritu seco y vacío. Tenía que vivir sólo por fe.

Amado, si esto le ha sucedido no se asuste y no se rinda. Sé de este tipo de caída personal. En un instante pasamos de estar en la cima de la montaña al abismo más profundo. Pedro habló de manera específica al respecto y aconsejó no pensar que alguna cosa extraña estaba pasando: “No penséis ni os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese. Al contrario, gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo”(1 Pedro 4:12-13).

El Señor permite nuestros períodos de sequía porque Él esta obrando en algún área de nuestras vidas. Por lo tanto regocíjese y alábele a pesar de que no sienta hacerlo.

Source: http://davidwilkersoninspanish.blogspot.com

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